martes, 21 de julio de 2009

Intolerancia al Silencio









¿Qué nos hace intolerantes al silencio?

¿Acaso estos tiempos se caracterizan por el fomento del ruido y el acallo del silencio?

Es signo patente de la juventud escuchar música a través de aparatos emisores de sonido, no importando la presencia de otros; jugando así en la vida un papel pasivo al ser receptores de información, música, publicidad y anulando la creatividad de pensamiento, individualidad y relación con otros.

Los adultos también quebrantamos el silencio. Las conversaciones son interrumpidas continuamente por los celulares, nulificamos la posibilidad de interacción profunda con otros y con nosotros mismos.

Nuestra mirada y atención residen fuera, algunos se quejan de la frivolidad de los seres humanos, otros se preguntan por qué me siento solo, porqué no tengo amigos, porqué siento este vacío que no se identificar ni llenar. Parece que estamos ávidos de interacción, contacto humano, y comunicación pero nuestro actuar refleja lo contrario

Al permitir desmedidamente la entrada del ruido hemos roto las relaciones humanas. A este fenómeno lo denomino soledad tecnológica.
Intentamos aminorar la soledad bajando más música, viendo más televisión, navegando en el Internet en busca de pareja y amigos. Buscamos la solución fuera de nosotros sin cedernos unos momentos de silencio para descubrir que la solución reside dentro.

Funciones del silencio

El silencio da paso a la reflexión e identificación de nuestro sentir, ser y pensar.

Por ejemplo; leer en silencio abre la imaginación, concentración y la visualización e interpretación de lo leído.

El silencio impulsa la creatividad y pensamientos, recordemos que esto nos diferencia de los animales. ¿Porque no queremos escucharnos pensar?
¿ Por qué pretendemos no estar en el mundo? ¿Cuándo nos convertirnos en receptores y no en creadores? Incluimos el ruido, excluimos a los otros, encerramos el ser en un mundo al parecer propio. Mas dicho mundo ha sido creado por otros la música, la computadora, los video juegos, y pregunto ¿a todos nos gusta lo mismo? ¿Dónde reside la individualidad?

No creen que resulta extraño que en antaño no existía dicha soledad tan inminente.
La gente con la que podemos interactuar no se encuentra en el ciberespacio, sino en el entorno diario, volteemos a ver quienes se encuentran a nuestro lado a lo largo del día.

Moderemos el uso de la tecnología, disminuyamos el ruido para dar cabida al silencio, a la presencia de otros, a nuestro sentir y así empezar a aliviar la soledad.








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Intolerancia al Silencio






¿Qué nos hace intolerantes al silencio?

¿Acaso estos tiempos se caracterizan por el fomento del ruido y el acallo del silencio?

Es signo patente de la juventud escuchar música a través de aparatos emisores de sonido, no importando la presencia de otros; jugando así en la vida un papel pasivo al ser receptores de información, música, publicidad y anulando la creatividad de pensamiento, individualidad y relación con otros.


Los adultos también quebrantamos el silencio. Las conversaciones son interrumpidas continuamente por los celulares, nulificamos la posibilidad de interacción profunda con otros y con nosotros mismos.

Nuestra mirada y atención residen fuera, algunos se quejan de la frivolidad de los seres humanos, otros se preguntan por qué me siento solo, porqué no tengo amigos, porqué siento este vacío que no se identificar ni llenar. Parece que estamos ávidos de interacción, contacto humano, y comunicación pero nuestro actuar refleja lo contrario

Al permitir desmedidamente la entrada del ruido hemos roto las relaciones humanas. A este fenómeno lo denomino soledad tecnológica.
Intentamos aminorar la soledad bajando más música, viendo más televisión, navegando en el Internet en busca de pareja y amigos. Buscamos la solución fuera de nosotros sin cedernos unos momentos de silencio para descubrir que la solución reside dentro.

Funciones del silencio

El silencio da paso a la reflexión e identificación de nuestro sentir, ser y pensar.
Por ejemplo; leer en silencio abre la imaginación, concentración y la visualización e interpretación de lo leído.

El silencio impulsa la creatividad y pensamientos, recordemos que esto nos diferencia de los animales. ¿Porque no queremos escucharnos pensar?
¿ Por qué pretendemos no estar en el mundo? ¿Cuándo nos convertirnos en receptores y no en creadores? Incluimos el ruido, excluimos a los otros, encerramos el ser en un mundo al parecer propio. Mas dicho mundo ha sido creado por otros la música, la computadora, los video juegos, y pregunto ¿a todos nos gusta lo mismo? ¿Dónde reside la individualidad?

No creen que resulta extraño que en antaño no existía dicha soledad tan inminente.
La gente con la que podemos interactuar no se encuentra en el ciberespacio, sino en el entorno diario, volteemos a ver quienes se encuentran a nuestro lado a lo largo del día.

Moderemos el uso de la tecnología, disminuyamos el ruido para dar cabida al silencio, a la presencia de otros, a nuestro sentir y así empezar a aliviar la soledad.